Opinión: La marihuana es menos dañina que el alcohol

Por Dan Riffle, especial para CNN
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Nota del editor: Dan Riffle trabajó como fiscal auxiliar, y es el director de políticas federales del Marijuana Policy Project, el principal patrocinador financiero de la campaña de 2012 para regular la marihuana en Colorado.
(CNN) – Defensores que están en contra de la marihuana, como Kevin Sabet, si bien tienen buenas intenciones, están promoviendo políticas que llevan a más violencia y enfermedades en nuestra sociedad. En su reciente artículo de opinión en CNN.com, Sabet argumenta que la marihuana debería seguir siendo ilegal.
Sin embargo, siempre que la marihuana sea ilegal, las ganancias de las ventas son para los criminales y cárteles de drogas, y los adultos seguirán siendo castigados por usar una sustancia que es menos dañina que las drogas que son legales en la actualidad.
¿Estás confundido? Retrocedamos. Por más de 80 años, nuestro gobierno ha gastado decenas de miles de millones de dólares de los contribuyentes en la guerra en contra de la marihuana. Cada año, arrestamos a tres cuartos de un millón de adultos, 87% por simple posesión y no por la producción o venta de marihuana.
Las salas de los tribunales se convierten en una línea de montaje que produce personas sujetas a libertad condicional -por lo general minorías- con condenas que harán prácticamente imposible que encuentren empleo.
¿Cuál es el resultado? La marihuana está disponible en todas partes y es usada por casi la mitad de los estadounidenses en algún punto en sus vidas; además, hemos enriquecido a los terribles cárteles de drogas que han alimentado la violencia en México, la cual ha cobrado más de 60.000 vidas.
Por supuesto, ya hemos pasado por este camino antes. Durante la prohibición del alcohol en la década de 1930, agentes federales hicieron redadas en bares clandestinos y destruyeron barriles de alcohol que había sido producido e importado de forma ilegal. Mientras tanto, contrabandistas hicieron dinero rápidamente, lo cual empoderó a criminales como Al Capone para que convirtieran Chicago en una zona urbana de guerra. Y al igual que lo que ocurre con la marihuana hoy en día, incluso bajo la prohibición del alcohol, muchos de los estadounidenses que querían un trago, lo obtenían sin problemas.
En la actualidad, la prohibición de la marihuana ha demostrado ser un fracaso de política pública tan desastroso como la ley seca que se dio en aquel entonces. Sin embargo, a pesar de todas las similitudes obvias entre los dos, hay una diferencia clave: la marihuana es radicalmente más segura que el alcohol.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el consumo excesivo de alcohol es la tercera causa de muerte relacionada al estilo de vida. En un año común, hay alrededor de 25.000 muertes a causa del consumo de alcohol en Estados Unidos, la mayoría debido a consecuencias de largo plazo, como enfermedad hepática y algunas debido a envenenamiento agudo ocasionado por consumo excesivo de alcohol.
La marihuana, por otro lado, no causa muertes por sobredosis y viene con muchas menos consecuencias que afecten la salud a largo plazo. Un estudio canadiense realizado en 2009 determinó que los costos anuales relacionados a la salud asociados con el alcohol son más de ocho veces mayor por consumidor que en el caso de la marihuana. Y, según el Instituto de Medicina, las personas que consumen marihuana tienen muchas menos probabilidades de volverse dependientes, en comparación a aquellos que consumen alcohol.
Aún si no bebes, el alcohol te puede matar. Agencias federales informan que el 40% de los crímenes violentos en Estados Unidos están vinculados al consumo de alcohol, mientras las mismas agencias informan que quienes consumen marihuana normalmente no cometen crímenes violentos. El alcohol juega un papel en un tercio de todos los casos en los que llegan pacientes a la sala de emergencia. En mi posición de fiscal, muchas veces se me acercaban policías a confesar lo mucho que detestaban arrestar a personas ebrias, ya que muy a menudo la situación se tornaba violenta. Nunca escuché quejas similares respecto a consumidores de marihuana.
La ironía es que estas políticas perversas son aplaudidas por organizaciones con nombres como "Save our Society" (Salvemos nuestra sociedad) que parecen creer que habrá caos de alguna manera si a los adultos ya no se les castiga por consumir marihuana. La realidad es que al castigar a los adultos que prefieren consumir marihuana, los estamos animando a consumir alcohol en su lugar, una droga más peligrosa y dañina, pero legal. La política pública se debería dirigir a reducir la violencia y la enfermedad, no potenciarlas.
Existe un mejor camino. Los sondeos muestran que la mayoría de los estadounidenses quieren que la marihuana sea gravada y regulada. Un número creciente de estados se están resistiendo a la política de nuestro gobierno federal sobre la prohibición absoluta de la marihuana, y el Departamento de Justicia recientemente expresó que no iba a desafiar las leyes estatales que regulan el cultivo y la venta de la marihuana.
Al hacer esto, podemos quitarles la marihuana a criminales y cárteles, y ponerla en manos de comercios autorizados. Obviamente, dichos negocios deberían estar sujetos a reglas razonables que irían desde dónde y cuándo pueden operar, quién puede invertir en ellos, hasta restricciones en la publicidad.
¿No crees que podría funcionar? En 2009, la industria de la marihuana medicinal en Colorado estalló, lo cual dio lugar a que el estado estableciera las normas que acabo de describir. Según información de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades sobre el consumo de drogas por parte de los jóvenes, de 2009 a 2011 —una época en la que el consumo de marihuana en los jóvenes aumentó a nivel nacional— el porcentaje de adolescentes que la consumían en Colorado bajó más que en cualquier otro estado en el país, y ahora se encuentra por debajo del promedio nacional.
La marihuana es más segura que el alcohol; veámoslo de esa forma. Los adultos que prefieren consumir marihuana en vez de alcohol deberían ser libres de hacerlo. Asimismo, los recursos que las fuerzas de la ley usaron para llevar a cabo los tres cuartos de millón de arrestos hubieran podido ser usados para prevenir y resolver crímenes verdaderos.
En otras palabras, regular la marihuana hará de Estados Unidos una nación más segura y saludable.

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