Por Matt Sloane
(CNN) — Menos dosis de tratamiento contra el cáncer puede ser mejor, y estar en buena forma puede ayudar a evitar el cáncer, según la más reciente investigación presentada en el mayor encuentro de expertos en cáncer en todo el mundo.
La Sociedad de Oncología Clínica de Estados Unidos se reunirá a finales de mes en Chicago, Estados Unidos. Este miércoles se llevó a cabo una reunión informativa para los periodistas que cubren la reunión. Aquí están algunos puntos destacados de los estudios que fueron presentados:
El ejercicio puede evitar el cáncer
Ponerse en forma puede ayudarte a evitar el cáncer o mejorar tus posibilidades de supervivencia si te lo diagnostican, según un nuevo estudio.
Los investigadores de la Universidad de Vermont en Estados Unidos estudiaron a más de 17,000 hombres durante casi 20 años. Encontraron que aquellos que más se ejercitaron eran 68% menos propensos a desarrollar cáncer de pulmón y 38% menos propensos a desarrollar cánceres colorrectales que los hombres menos activos.
Entre aquellos hombres que desarrollaron esos dos cánceres o cáncer de próstata, el ejercicio les ayudó a reducir el riesgo de muerte en un 14% por cada incremento en el nivel de estado atlético.
Impulsar tu sistema inmunitario para combatir el cáncer
Entre los otros seis estudios destacados, en dos se observaron nuevos enfoques en los tratamientos de inmunoterapia; medicamentos que entrenan el sistema inmunitario para reconocer y matar células cancerígenas.
En un estudio se encontró que un nuevo anticuerpo, conocido simplemente como MPDL3280A, encogía los tumores en el 21% de los pacientes estudiados, de los cuales todos tenían cánceres de pulmón, riñón o melanomas.
El medicamento fue tolerado en todos los niveles de dosis por la mayoría de los pacientes, y no fueron frecuentes informes de reacciones adversas graves, según el estudio.
Los investigadores presentaron los resultados de la primera fase de una prueba clínica para el MPDL3280A. El propósito de estas pruebas iniciales es establecer las pautas de seguridad y dosis para un medicamento en investigación. Si se encuentra que es seguro, como en este caso, debería ser usado en mayores pruebas con muchas más personas. Hasta ahora, los primeros resultados son prometedores, de acuerdo con investigadores.
En el segundo estudio se encontró que la combinación de dos medicamentos de inmunoterapia (Yervoy y Nivolumab), puede ayudar a encoger los tumores de melanoma.
Más de la mitad de los participantes del estudio vio que sus tumores se encogieron en más de la mitad, y aproximadamente una tercera parte vio que sus tumores se encogieron en un 80%, y solo en las primeras 12 semanas del tratamiento, de acuerdo con el autor del estudio.
Antes de que el medicamento Yervoy recibiera la aprobación de la Dirección de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) hace dos años, los pacientes con melanoma (la forma más mortal de cáncer en la piel), no tenían opciones reales de tratamiento. El Nivolumab aún necesita la aprobación de la FDA.
Los investigadores saben que en algún punto, las células cancerígenas saben cómo eludir al Yervoy y los tumores comienzan a crecer de nuevo, pero en el estudio se sugiere que una combinación de estos medicamentos puede extender el beneficio del Yervoy.
“Después de años de no tener éxito en la inmunoterapia, ahora tenemos dos (estudios diferentes) en los que se muestra un progreso significativo”, dijo la médico Sandra Swain, presidenta de la Sociedad de Oncología Clínica de Estados Unidos. “Con estas dos terapias, vemos una reducción muy rápida, profunda y duradera del tumor, lo que es algo que no se había visto antes con las inmunoterapias”.
Menos es más
En tres estudios adicionales presentados en la reunión informativa de este miércoles se examinaron las terapias existentes para varios cánceres y cuáles eran las más efectivas.
En el primero, de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, se encontró que una dosis 25% más fuerte de radiación utilizada para tratar a los pacientes con un tipo de cáncer de pulmón era más peligrosa para las personas tratadas; y menos efectiva en el tratamiento de la enfermedad.
En el estudio, de pacientes con cáncer de pulmón con células grandes, quienes también recibieron quimioterapia, se mostró un incremento en “fallas locales”, lo que significa que las células cancerígenas en el lugar de la radiación no fueron eliminadas o comenzaron a crecer.
“Muchos médicos esperaban que utilizar una mayor dosis de radiación significaría mejores resultados para los pacientes, así que esto fue un resultado sorprendente”, dijo Swain. “Este estudio debería poner fin a las discusiones sobre tratamientos con mayores dosis”.
En un segundo estudio se observó la eficacia de la quimioterapia y radiación después de la cirugía para pacientes con seminoma, un tipo común de cáncer testicular, frente al monitoreo posterior de los pacientes.
Los investigadores estudiaron a 1,800 pacientes con seminoma en etapa 1 en Dinamarca, donde el protocolo normal de tratamiento después de la cirugía pide visitas clínicas regulares, tomografías computarizadas, rayos X y análisis de sangre; no quimioterapia o radiación. Sin embargo, muchos centros de tratamiento en Estados Unidos utilizan a la quimioterapia y radiación como parte del tratamiento después de la cirugía.
Más del 80% de los pacientes no recayó después de la cirugía, según el estudio, eliminando así la necesidad de quimioterapia o radiación posterior. En aquellos que sí recayeron, el tratamiento posterior llevó a una tasa de supervivencia del 99.5%.
“En este estudio, observamos que la vigilancia en sí era segura”, dijo el médico Clifford Hudis, presidente electo de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.
En el último estudio se observó si los pacientes con una forma particular de linfoma que no es el de Hodgkin deberían hacerse tomografías computarizadas regularmente para detectar recaídas después de que terminaron el tratamiento. En el estudio se mostró que la mayoría de las recaídas no fueron detectadas por las tomografías, sino por las quejas de síntomas de los pacientes, exámenes físicos de rutina o análisis de sangre.
“Podemos ahorrar a los pacientes el costo y radiación excesiva de las tomografías computarizadas posteriores”, dijo Hudis.
En el último estudio se examinó una nueva clase de medicamentos llamada inhibidores PI3K delta, que son probados en pacientes con leucemia linfocítica crónica.
El medicamento específico probado en el proceso (Idelalisib) mostró ser seguro en poblaciones de alto riesgo en una primera fase del estudio, y mostró ayudar a reducir el tamaño de los ganglios linfáticos afectados durante largos periodos. Pronto podría llevar a alternativas para la quimioterapia para cánceres de lento crecimiento en la sangre, dijo Swain.
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