Las ocho razones por las que Inca Kola es una marca admirada

El fallecido Johnny Lindley Taboada enfrentó y venció a la marca más poderosa del mundo.
En octubre del 2010, Corporación Lindley celebraba su primer siglo de existencia, su caso debería servirles a las escuelas de negocios para enseñarles las claves de la longevidad empresarial a las futuras generaciones de emprendedores.
En homenaje a Johnny Lindley Taboada, el empresario peruano que enfrentó y venció a la marca más poderosa del mundo, pero, sobre todo, en reconocimiento de su sencillez, compromiso y cariño con el Perú, quisiera recordar las ocho razones por las cuales Corporación Lindley se convirtió, en una empresa admirada y no solo longeva.
En primer lugar, porque es un negocio familiar, en el buen sentido del término, y ha sabido transmitir esa familiaridad de cara a los consumidores. Su compromiso con un conjunto de valores éticos la humaniza ante estos.
Segundo, no pierde la juventud, aunque pasen los años.
Tercero, siempre está dispuesta a aprender, no se duerme en sus laureles ni da pie al conformismo.
Cuarto, la adaptación al cambio no es una virtud de uso ocasional sino, más bien, una actitud permanente.
Quinto, está orgullosa de ser peruana. Entiende al Perú como lo que es: una exquisita mezcla de cosas extraordinarias.
Sexto, no discrimina ni pierde la humildad. Sabe que los peruanos no somos afortunados por tener sus productos, sino que ella es afortunada por estar en nuestras elecciones.
Séptimo, sabe dónde está el corazón de su éxito: en sus trabajadores, indudablemente. Cultiva sus talentos, los atesora y retribuye como es debido.
Octavo, las jerarquías tienen una función organizacional, pero no categorizan a las personas. La empatía es el pegamento que las cohesiona y las hace salir adelante.
Deja, sin lugar a dudas, un legado inspirador para quienes le tomarán la posta. El empresariado peruano lo recordará como un gran líder.
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(con modificaciones)

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