¿Cómo saber si el vino se encuentra a la temperatura adecuada? (El Comercio)

Por Cristina Vallarino

Muchas veces no le damos la importancia necesaria, pero vaya que la temperatura del vino que vamos a tomar es algo a lo que tenemos que prestarle atención.


Foto: Alberto Ruitenberg
Por ejemplo, algo básico es recordar siempre que la máxima temperatura de servicio es de 18º C. Después de eso, nos debemos guiar por el aroma, la acidez y la azúcar. Para saber reconocer lo que estos factores nos indican, tengan en cuenta lo siguiente:
Si sentimos que el vino tiene poco aroma, hay que subirle un poco la temperatura, de esta manera se aumenta la volatilidad y es más aromático.
Si el único aroma que sentimos es el alcohol y no los otros que tienen los vinos, hay que servirlo más frío, ya que a mayor temperatura, más evaporación.
Si el vino les parece poco ácido, hay que servirlo más frío. Cuando el vino blanco es demasiado pesado, solo queda enfriarlo más porque cuanto más frío esté, más resalta la acidez.
Cuando el vino es muy dulce (ojo, siempre y cuando esta no sea su característica), también hay que bajarle la temperatura. Es como las gaseosas: siempre parecen más dulces cuando están a temperatura ambiente, pero si esa misma gaseosa la toman fría no les parecerá tan dulce. Esto es muy fácil de comprobar.
Como verán, el frío arregla muchas cosas salvo el tanino (lo que hace que el vino se sienta amargo). Si a un vino tinto le bajamos mucho la temperatura, parecerá más amargo. Y, con respecto a los espumosos, siempre tenemos que mantenerlos en una champañera, de lo contrario, el gas se irá.

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